En un instituto de Aranda , la vida de los estudiantes era muy normal ,entre clases y risas. Sin embargo, todo cambió una mañana de octubre cuando Eduardo, un estudiante, fue encontrado en la sala de música sin vida . La noticia se esparció rápidamente, dejando a todos sin palabras .
Los rumores comenzaron a circular. Algunos decían que Eduardo había descubierto un secreto oscuro sobre uno de los profesores, mientras que otros hablaban de una pelea entre él y un compañero, Lucas, siempre había estado celoso de sus notas.
La policía llegó al instituto, y los estudiantes, nerviosos y asustados, se vieron obligados a quedarse en clases mientras se hacían las investigaciones.
Ana, una amiga de Eduardo, no podía aceptar que su amigo estuviera muerto. Decidida a descubrir la verdad, empezó a investigar por su cuenta. Habló con compañeros, revisó las redes sociales y comenzó a juntar pistas. Durante sus investigaciones , encontró mensajes de Eduardo y Lucas discutiendo.
Mientras tanto, el ambiente en el instituto se volvía cada vez más tenso. La culpa y la sospecha caía sobre todos, y los estudiantes comenzaron a sospechar de otros. Ana decidió que debía acercarse a la profesora de música, quien había tenido una relación cercana con Eduardo. Tal vez ella sabía algo más.
La profesora, visiblemente afectada, dijo que Eduardo había estado trabajando en un proyecto que podría cambiar el enfoque de la la asignatura de música en el instituto. Pero había algo más: mencionó un encuentro entre Eduardo y un grupo de estudiantes, donde se discutió el proyecto y algunas ideas fueron robadas. Ana entendió que eso podría haber empezado la pelea.
Con cada nueva pista, Ana sentía que estaba más cerca de la verdad, pero también más lejos de la paz. Mientras revisaba sus notas una noche, se dio cuenta de que había un patrón en los mensajes que Eduardo había recibido, una amenaza de alguien que no quería que su proyecto saliera a la luz.
A medida que se acercaba al desenlace, Ana se encontró en un callejón sin salida, con la presión de resolver el misterio antes de que la policía cerrara el caso. El instituto, una vez lleno de vida, se había convertido en un lugar de miedo y desconfianza. Sin embargo, Ana estaba decidida a descubrir quién había sido el responsable de la muerte de Eduardo.
Y así, con cada día que pasaba, el secreto crecía , y la verdad, oculta, parecía estar más cerca que nunca.
(...)
María Carla Graciela Nubia
Ana finalmente descubrió que Lucas, el amigo cercano de Eduardo, había estado detrás de todo. Lucas, celoso y temeroso de que el proyecto de Eduardo le quitara protagonismo en la escuela, había amenazado a Eduardo en secreto. Confrontado por Ana y las pistas que ella recolectó, Lucas confesó su crimen. La policía llegó justo a tiempo para detenerlo, y el instituto comenzó a recuperar su paz. Ana, aunque aliviada, quedó marcada por la experiencia, pero orgullosa de haber logrado justicia para su amigo.(Nubia)
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