martes, 29 de octubre de 2024

LA MINA ABANDONADA

 Era una lúgubre noche de invierno. La luz de la luna estaba escondida tras las nubes que, incansablemente, jarreaban agua hacia un pequeño poblado, dejando arroyos desbordados que llegaban hasta el poblado. El viento movía los árboles sin cesar y las ventanas chirriaban como si fueran a salir despedidas...

Y de repente... ¡Pum! La puerta del viejo edificio donde se hallaban un joven y su padre cedió hasta dejar el hueco abierto de par en par. Los dos salieron corriendo hasta el monte más próximo desde el que divisaron como caía un rayo sobre el campanario de la iglesia.

 Dado que no estaban a salvo decidieron seguir huyendo hasta una mina abandonada de la zona. Por suerte, el viento había derrumbado los pilares de la cerca y pudieron acceder al recinto empujando la valla. Allí vieron un trozo de cerca tirado, pero pensaron que pudo ser hecho  por un animal. 

Fueron hasta la boca de la mina y quitaron las cuatro tablas podridas que la cerraban, que extrañamente estaban rotas. Una vez dentro decidieron entrar un poco más adentro para resguardarse del frío y el viento. Cuando vieron una luz, como si de una hoguera se tratase, decidieron acercarse y allí estaba...

Francisco


1 comentario:

  1. ...allí estaba, un anciano junto a una hoguera. Los invitó a refugiarse y les mostró un camino oculto dentro de la mina. Al final del sendero, encontraron un medallón resplandeciente que, según el anciano, podía cambiar el destino del pueblo.

    El joven y su padre, con el medallón en la mano, comprendieron que su aventura apenas comenzaba. La tormenta exterior solo marcaba el inicio de un viaje lleno de valentía y esperanza.

    Desde esa noche, decidieron enfrentar juntos los desafíos, llevando consigo la luz del medallón y la promesa de un futuro mejor.
    Nicolás

    ResponderEliminar