En nuestra última tutoría, usamos un ovillo de lana para pasárnoslo entre
compañeros, diciendo algo bonito a quien se lo entregábamos. Este gesto
simple creó un ambiente de apoyo y cariño, fortaleciendo nuestros lazos como
grupo.
La actividad nos recordó la importancia de las palabras amables y cómo
pueden impactar positivamente en los demás. Fue un momento de conexión
donde todos nos sentimos valorados y escuchados.
Nicolás
No hay comentarios:
Publicar un comentario