Uno de los recuerdos más remotos que tengo es mi quinto cumpleaños. No tengo muy claro qué pasó pero recuerdo lo que sentí.
Me hacía ilusión poder extender toda mi mano cuando me preguntaran la edad, esperaba con ansias que mi profesora me pusiese la Corona de papel.
Creo que mis padres me despertaron con unas magdalenas que adoraba. Celebramos en el bar de mi pueblo, había muchas mesas juntas y estaban mis primos que ahora estudian lejos, mis amigas del colegio que ahora casi no sé de ellas, niños del pueblo que ahora no reconozco, mi amigo que ahora vive en otro país y mi mejor amiga. Siento que ella no ha crecido, quizás porque he crecido con ella.
Este recuerdo me llena de nostalgia y, aunque no es muy claro ni muy especial, es de mis favoritos.
Elsa
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