Recuerdo claramente el día en que llegué por primera vez al Colegio San Gabriel. Estaba nervioso, como cualquiera que entra a un lugar nuevo sin conocer a nadie. Las aulas, los pasillos y las caras desconocidas me hacían sentir un poco fuera de lugar. Sin embargo, ese sentimiento no duró mucho.
Fue en el primer recreo cuando conocí a Hugo. Intercambiamos unas palabras, y desde ese momento comenzamos a hablar más cada día. Descubrimos que teníamos muchas cosas en común: los mismos videojuegos, el gusto por el deporte y hasta el mismo sentido del humor.
Con el tiempo, nuestra amistad fue creciendo. Me ayudó a integrarme en el grupo, me presentó a otros compañeros y siempre estuvo dispuesto a echarme una mano cuando lo necesitaba. Ahora, puedo decir con orgullo que Hugo se ha convertido en mi mejor amigo. Gracias a él, mi experiencia en el Colegio San Gabriel ha sido mucho más llevadera y feliz.
A veces, las mejores amistades nacen de los momentos más inesperados, y para mí, conocer a Hugo fue lo mejor que me pudo pasar al llegar a un lugar nuevo .
Álvaro
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