Cuando llega julio, me subo a Bilbao a pasar el verano con mis padres. Es algo que hago todos los años, y aunque durante el curso esté lejos, siempre me hace ilusión.
En Bilbao vive mi abuelo, así que también aprovecho para pasar tiempo con él. Me gusta volver a pasear por sitios que me traen buenos recuerdos y desconectar de todo lo que tiene que ver con clases, exámenes y madrugones.
Estar en casa, con mi familia, con la comida de siempre y el ambiente de mi ciudad, es como recargar pilas para empezar el siguiente curso con más ganas. Para mí, el verano empieza de verdad cuando llego a Bilbao.
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Yeray
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